¿Por qué me sale mucho flujo y qué hacer si tengo flujo vaginal abundante?

10 de noviembre de 2025

De repente te levantas y sientes una cascada caer. O vas al baño y ves tu ropa interior pegajosa, con más flujo de lo habitual. Te quedas ahí pensando: ¿esto es normal? ¿por qué me sale mucho flujo? ¿Y si me pasa algo? Pero también… ¿y si estoy exagerando? Quisieras tener a quién preguntarle, pero te da pena. Y cuando lo mencionas en consulta, te explican con palabras que no entiendes o te hacen sentir incómoda.


Te entiendo. No estás exagerando ni estás sola. Soy el Dr. Ricardo Canseco, fundador de Sentia Ginecología, un espacio donde puedes hablar sin miedo sobre tu cuerpo y recibir respuestas claras, sin juicios ni tecnicismos. En Sentia brindamos  servicios de ginecología en donde te explicamos todo con calma porque creemos que cuando sabes lo que pasa, todo se vuelve más fácil y menos aterrador.


Hoy quiero compartirte este blog, para que sepas por qué puede salirte tanto flujo y qué te está queriendo decir tu cuerpo.


El flujo vaginal no siempre es una señal de alarma. A veces es parte de un cuerpo que está funcionando bien. Pero cuando cambia en cantidad, olor o textura, sí puede estar contándote algo importante.

porque me sale mucho flujo

Qué es el flujo vaginal y por qué lo tenemos


Una función natural del cuerpo femenino


El flujo vaginal no es algo de lo que debas avergonzarte ni algo que tengas que “controlar”. Es una parte viva y necesaria de tu cuerpo. Cada día, tus glándulas producen una mezcla de agua, células y bacterias buenas que ayudan a mantener tu zona íntima limpia, hidratada y protegida.


Piensa en él como en un sistema de limpieza natural. Así como tu piel suda para regular la temperatura o tus ojos lagrimean para protegerse, tu vagina genera flujo para cuidarse por dentro. Elimina lo que el cuerpo ya no necesita, mantiene la humedad adecuada y crea una barrera contra bacterias y hongos que podrían causar infecciones.


Además, el flujo ayuda a mantener algo muy importante: el equilibrio natural del pH vaginal. Tal vez has escuchado la palabra “pH”, pero no te han explicado qué significa. Básicamente, es la medida que indica si algo es más ácido o más alcalino. En tu zona íntima, ese pH suele ser ligeramente ácido, y esa acidez es buena: actúa como un escudo natural que impide que bacterias dañinas crezcan o se multipliquen.

Por eso, el flujo no es tu enemigo, es una de las defensas más inteligentes que tiene tu cuerpo. Te mantiene protegida sin que tengas que hacer nada, y cuando algo cambia, como la textura, el color o el olor, solo te está avisando que necesita un poco de atención.


Cuándo es normal y cuándo no


El flujo vaginal, por sí solo, no es algo que deba preocuparte. Es parte de cómo tu cuerpo se mantiene sano. Pero hay una línea fina entre lo que es normal y lo que puede indicar que algo cambió.


En condiciones normales, el flujo suele ser transparente o blanco, suave al tacto y sin olor fuerte. Puede variar en cantidad según el momento del ciclo menstrual, y eso es completamente normal. En los días de ovulación, por ejemplo, suele ser más elástico, y justo antes del periodo puede volverse más espeso o cremoso. También puede aumentar un poco si estás embarazada o cuando estás tomando anticonceptivos.


Lo importante es aprender a reconocer cómo es tu flujo habitualmente. Cada cuerpo tiene su propio ritmo y su propia manera de expresarse. Por eso, más que compararte con otras mujeres, lo ideal es que observes tus propios cambios.


Cuando el flujo cambia su olor, color o textura, o empieza a generar molestias, eso sí es una señal de que algo podría estar alterando el equilibrio. No necesariamente significa una infección grave, pero sí vale la pena revisarlo.


Algunas señales que pueden indicar que necesitas una valoración médica son:


• Que el flujo tenga olor fuerte o desagradable, parecido al del pescado o algo rancio.
• Que el color cambie a amarillo, verde o gris.
• Que la textura sea muy espesa, grumosa o con aspecto similar al requesón.
• Que sientas ardor, picazón o dolor al orinar o durante las relaciones sexuales.
• Que haya sangrado fuera de tu periodo o un aumento repentino de la cantidad.


Nada de esto significa que tu cuerpo esté fallando. De hecho, es todo lo contrario: está intentando avisarte de que algo no está en equilibrio. Escucharlo es la mejor forma de cuidarte y de detectar cualquier cambio a tiempo.

Si te preocupa la cantidad o el aspecto de tu flujo vaginal, mi mejor recomendación es que vayas con tu ginecólogo de cabecera o apartes un espacio compasivo y libre de juicio en mi consultorio en donde estaré encantado de brindarte un
servicio de ginecología adaptado a tus necesidades.

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Tipos de flujo y qué puede significar cuando hay demasiado


El flujo no es siempre igual, y eso puede desconcertarte. Hay días en que parece que todo está normal y otros en los que sientes que es más abundante o diferente. Lo importante es saber que el flujo cambia con tu ciclo hormonal y que esos cambios, la mayoría de las veces, son completamente normales.

Entender cómo se ve, cómo se siente y cuándo aparece puede ayudarte a distinguir si algo requiere atención o si tu cuerpo simplemente está haciendo lo que debe.


Flujo transparente o como clara de huevo


Este tipo de flujo suele aparecer a la mitad del ciclo, durante la ovulación. Es más elástico, resbaloso y puede estirarse entre los dedos sin romperse fácilmente. Si notas que es más abundante justo en esos días, no es algo malo: es señal de que tu cuerpo está fértil y funcionando bien.

Ese aumento de flujo ayuda a que los espermatozoides se muevan más fácilmente dentro del útero. A veces, puede sentirse como si “se escurriera”, pero es parte del proceso natural. Solo hay que prestar atención si viene acompañado de ardor, picazón o mal olor; en ese caso, sí conviene revisar que no haya una infección.


Flujo blanco o cremoso


El flujo blanco o con una textura cremosa suele presentarse al inicio o al final del ciclo menstrual. En pequeñas cantidades es totalmente normal. Indica que las hormonas están variando y que el cuerpo se está preparando para una nueva etapa del ciclo.

Sin embargo, si el flujo es espeso, de color blanco intenso, con textura parecida al requesón y viene acompañado de picazón o ardor, podría tratarse de una infección por hongos. Esta infección es muy común y suele aparecer cuando el equilibrio del pH vaginal se altera por estrés, antibióticos o exceso de humedad.


Flujo muy líquido o como agua


A veces, el flujo se vuelve tan fluido que parece que se escapa sin control, como si fuera un poco de pipí. Esto puede deberse a cambios hormonales, al estrés, a una hidratación mayor o incluso a las primeras etapas del embarazo.


También hay mujeres que producen más flujo natural sin que eso signifique ningún problema. Mientras sea transparente, sin olor ni molestia, no hay nada de qué preocuparse. Pero si tiene olor fuerte o viene acompañado de ardor o picazón, conviene hacer una revisión para descartar una infección o una alteración del pH.


Flujo amarillento, verdoso o con sangre


Cuando el flujo toma un color amarillo, verdoso o tiene un tono grisáceo, no es normal. Estos cambios suelen indicar la presencia de una infección vaginal o de transmisión sexual. También puede haber irritación del cuello uterino o una inflamación interna.


El flujo con sangre fuera del periodo menstrual puede deberse a pequeñas lesiones, cambios hormonales o pólipos cervicales. Si el flujo tiene un olor fuerte o notas de dolor, es importante acudir al ginecólogo para determinar la causa.


El flujo puede decir mucho de ti, y aprender a interpretarlo no es solo algo médico, es una forma de conocerte y cuidar de tu salud.No todo flujo abundante es señal de que algo anda mal. A veces, es simplemente tu cuerpo haciendo su trabajo. Pero si algo te incomoda o te deja con dudas, no lo ignores. Hablarlo a tiempo puede evitarte molestias y preocupaciones.


Factores que pueden aumentar la cantidad de flujo vaginal


Hay momentos en los que sientes que tienes más flujo de lo habitual y eso puede asustarte un poco.De pronto, te parece que todo el día estás húmeda o que la ropa interior no se mantiene seca.  Antes de pensar que algo anda mal, vale la pena saber que hay muchas razones naturales por las que esto puede pasar.


Cambios hormonales


Las hormonas son las principales responsables de los cambios en el flujo vaginal:

  • Durante la ovulación, por ejemplo, el cuerpo produce más estrógeno, y eso hace que el flujo sea más abundante, transparente y elástico.
  • También puede aumentar en el embarazo, porque las hormonas preparan el cuerpo para proteger al bebé y mantener la zona vaginal libre de infecciones. 
  • El uso de anticonceptivos, por el contrario, puede hacer que el flujo cambie en cantidad o textura.Algunos métodos lo reducen, otros lo aumentan.


Nada de esto significa que esté pasando algo malo; simplemente son ajustes naturales de tu cuerpo ante los cambios hormonales.


Eversión glandular (ectropión cervical)


También existe una condición completamente benigna que puede hacer que tengas flujo abundante todo el mes, y no es una infección. Se llama eversión glandular o ectropión cervical. En pocas palabras, algunas mujeres tienen células que normalmente están dentro del cuello uterino (células cilíndricas) expuestas hacia la parte externa del cérvix, y esas células producen más secreción de manera natural. El flujo suele ser transparente o ligeramente blanco, continuo y sin mal olor.


Muchas veces, por no saberlo, se confunde con infección y se intenta tratar con óvulos una y otra vez, sin que haya necesidad. Si sospechas que este puede ser tu caso, lo mejor es acudir a revisión para confirmarlo. No es algo peligroso ni permanente: con el tiempo, suele ir cambiando por sí solo. Aun así, existen tratamientos que pueden ayudar a disminuir el flujo si llega a ser incómodo. Lo importante es saber que tu cuerpo no está fallando; simplemente tiene una variación normal que muchas mujeres también viven.


Estrés o alteraciones emocionales


Aunque parezca difícil de creer, el flujo también responde a tu estado emocional. Cuando estás estresada, ansiosa o con muchas preocupaciones, tu cuerpo produce más cortisol, una hormona que puede alterar todo el equilibrio hormonal. Eso puede hacer que tu flujo cambie, tanto en cantidad como en aspecto.

Hay mujeres que notan más flujo en etapas de mucho cansancio, tensión o incluso tristeza. Tu cuerpo siente todo lo que pasa por dentro, y el flujo, a su manera, también refleja esos estados. No se trata solo de algo físico, sino de cómo tu cuerpo intenta adaptarse a lo que estás viviendo.


Higiene y tipo de ropa


A veces, lo que parece un “problema de flujo” tiene más que ver con los hábitos de higiene o con la ropa que usamos. El uso frecuente de toallas perfumadas, jabones con aroma, duchas vaginales o sprays íntimos puede alterar el equilibrio natural del pH vaginal y aumentar el flujo.


Esos productos, aunque prometen “refrescar”, muchas veces irritan y hacen que las glándulas produzcan más secreción como mecanismo de defensa. La ropa también influye. Las prendas muy ajustadas o de materiales sintéticos retienen calor y humedad, lo que dificulta que la zona respire.  Lo mejor es usar ropa interior de algodón, mantener la zona seca y cambiarte si estuviste muchas horas con ropa húmeda, como traje de baño o ropa deportiva.


Pequeños hábitos que pueden ayudarte:
• Evita los productos íntimos perfumados.
• Usa ropa interior de algodón y evita prendas muy apretadas.
• Cambia la ropa interior si se humedece o después de hacer ejercicio.
• Lava la zona solo con agua o con jabones suaves de pH neutro.
• Duerme sin ropa interior algunas noches para dejar respirar la piel.


A veces, solo haciendo pequeños cambios en tu rutina, el flujo vuelve a equilibrarse sin necesidad de tratamientos. Tu cuerpo tiene una sabiduría propia y tiende a regularse cuando lo escuchas y le das lo que necesita.

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Por qué me sale mucho flujo después de tener relaciones sexuales


Cuando tienes relaciones sexuales, tu cuerpo reacciona de forma natural: las glándulas de la vagina y el cuello uterino producen más lubricación para evitar la fricción y proteger los tejidos.


Esa lubricación, que forma parte del flujo, puede mezclarse con el semen o con los fluidos de la excitación sexual, y por eso puede salir una cantidad mayor después del contacto.


A ese tipo de secreción se le llama flujo postcoital, que significa simplemente “flujo después de la relación sexual”. Es completamente normal. Suele ser más líquido, transparente o blanquecino, y puede tener una textura más resbalosa de lo habitual. No tiene olor desagradable ni provoca ardor o picazón.


Lo importante es distinguir cuándo se trata de un flujo normal y cuándo podría ser un aviso del cuerpo. Si después de tener relaciones notas que el flujo huele fuerte, cambia de color o te causa ardor, picazón o irritación, puede que haya una infección o un desequilibrio del pH.


En esos casos, vale la pena revisar para descartar cualquier alteración y evitar molestias mayores. También puede pasar que después de tener relaciones sientas que el flujo aumenta durante los siguientes días. Eso ocurre porque el movimiento y el contacto estimulan las glándulas del cuello uterino, lo que puede hacer que produzcas más secreción por un tiempo corto. No es un problema: es tu cuerpo regulándose solo.


Si notas que ese flujo es claro, sin olor y no te molesta, no hay nada de qué preocuparte. Pero si se vuelve espeso, amarillento o con olor intenso, agenda una revisión para asegurarte de que todo esté bien.


Flujo abundante durante el embarazo

Durante el embarazo, es normal que el flujo aumente y cambie de consistencia. Puedes notar que tu ropa interior se mantiene húmeda casi todo el día, y eso puede generar incomodidad o miedo, sobre todo si antes no te pasaba.


Esto ocurre porque el cuerpo produce más estrógeno y progesterona, las hormonas que preparan el útero para sostener el embarazo. Esas mismas hormonas estimulan las glándulas del cuello uterino, haciendo que liberen más secreción. Este flujo tiene una función importante: actúa como una barrera protectora que ayuda a evitar infecciones y mantiene el canal vaginal limpio.


El flujo en el embarazo suele ser más claro o blanquecino, con una textura ligera o algo espesa, y no debería tener olor ni causar picazón. A veces también puede volverse más abundante conforme avanza el embarazo, y eso sigue siendo normal mientras no haya molestias.


Sin embargo, si notas que el flujo cambia de color (amarillo, verdoso o grisáceo), tiene olor fuerte, viene acompañado de ardor o presenta un tono rosado o con sangre, es importante acudir al ginecólogo. Estos cambios pueden ser señal de una infección o de irritación en el cuello uterino.


Al final, el flujo abundante en el embarazo no es una señal de alarma por sí solo. Es parte del cuerpo cuidando al bebé y preparándose para el parto. Solo hay que estar atenta a los cambios que se salgan de lo habitual.


Cuándo preocuparte y acudir a consulta


Presta atención si notas alguna de estas señales:

  • Olor fuerte o desagradable.
  • Color amarillento, verdoso o gris.
  • Ardor, picazón o dolor.
  • Aumento repentino de cantidad.
  • Flujo con sangre fuera de tu menstruación.


Si después de leer esto quieres entenderlo todavía mejor, te invito a ver dos videos que preparé sobre este tema.  En el primero te muestro cuándo este tipo de flujo es natural y cuándo puede requerir revisión:

En el segundo video, te respondo las preguntas más frecuentes sobre flujo vaginal abundante. Ambos te ayudarán a comprender mejor tu cuerpo, distinguir cuándo el flujo es normal y sentirte más tranquila sabiendo que no todo cambio significa que algo está mal.

Qué hacer si notas más flujo de lo normal

  • Evita duchas vaginales o remedios caseros.
  • Usa ropa interior de algodón y evita prendas ajustadas.
  • Cambia tu ropa interior si se humedece.
  • No uses jabones con perfume ni toallas íntimas aromatizadas.
  • Registra los cambios: cantidad, color, textura y olor.
  • Si hay molestias, agenda una consulta para una revisión.


En Sentia Ginecología puedes agendar una consulta ginecológica te explicamos con calma, sin juicios ni tecnicismos, qué está pasando y cómo tratarlo si es necesario.


Tu cuerpo no está fallando, está comunicando


El flujo vaginal es una forma en que tu cuerpo se expresa. No es algo que debas ocultar o avergonzarte de mencionar. Cuando aprendes a interpretarlo, puedes entender mejor tus ciclos, tu salud y hasta tus emociones.


Conocer tu cuerpo es poder. Y en Sentia, queremos que sientas eso: poder sobre ti, sobre tus decisiones y sobre tu bienestar.


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Hola, soy el Dr. Ricardo Canseco

Médico especialista en ginecología y embarazo

Mi enfoque es simple: escuchar, explicar y acompañar sin juicios.

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